El primero de mayo

Hoy, día del trabajo, no se trabaja... qué paradójico. La vida está llena de paradojas.

Estoy en familia, aquí, en la casa del campo. Suelo venir con frecuencia. Me escapo cuando puedo de la gran ciudad y paso unos días en el campo, cerca de los amigos de toda la vida y de la familia. Y aunque da la sensación de estar aislado, tengo varias ciudades cerca, el mar y muchas más cosas.

Lo único que echo de menos ahora mismo de la ciudad son las plantas de mi jardín. Cada vez que paso unos días aquí en el campo, cuando regreso las encuentro tan cambiadas que lamento no haber estado allí para haber sido testigo de los cambios. En cualquier caso, pasado mañana volveré allí. Estoy impaciente por ver cómo se encuentran mis dalias. He plantado tantas este año, con tanta ilusión, que estoy deseando saber si van a prosperar o no.

No en balde dicen que la vida es como un jardín. Uno va plantando semillitas, en las personas que conocemos, en los hechos que consumamos, y nunca sabes cuál es la que va a pegar o no... a nivel de los negocios es lo mismo. Ahora mismo estoy plantando semillas en múltiples áreas y aún no sé cual va a prosperar o no. No sé. Unas me atraen más que otras... sin embargo, cualquiera de ellas me satisfaría.

Sé que puede sonar cursi oírme (o leerme) hablar (o escribir) sobre flores y plantas, pero es que hay que tener un jardín o unas macetas para entenderme. Es uno de los mejores hobbies que he descubierto, barato y extremadamente relajante. Anímate, pon una planta en tu vida. Pronto me entenderás.

RM

Comentarios

Entradas populares