Un árbol en el paraíso

Pasear con Elliott (mi perro) por las noches se empieza a convertir en uno de los mejores momentos del día.

Demasiadas cosas en la cabeza... desde que me levanto hasta que me acuesto... y si no fuera por Elliott no me levantaría del ordenador. Así que le doy las gracias públicamente.

Hoy paseando, dejándome llevar por donde él quiere ir, me he adentrado en una calle mágica. He sonreído porque he percibido el olor de un árbol del paríso al final que había al fondo... ¿habéis olido alguna vez un árbol del paraíso? Es uno de los olores más maravillosos que ha creado la naturaleza, de ahí que el árbol lleve ese nombre. Ahora bien, sólo podréis percibir su aroma las noches del mes de mayo. No me preguntéis por qué, pero así es.

Los olores son tan especiales para mí. Se quedan grabados en mi mente (imagino que como a todo el mundo) y cuando meses o años más tarde alguno de ellos reaparece, vienen a mi cabeza un montón de flashes, de recuerdos... de hecho, he empezado a utilizar este hecho en mi favor. ¿Cómo? Muy fácil. Cuando voy a vivir una experiencia nueva que no quiero olvidar, lo que hago es utilizar algún aroma nuevo que me agrade, significativo, de modo que me aseguro que esa experiencia quedará grabada en mi mente para siempre, y que sólo volviendo a oler esa fragancia todo volverá a mi mente con mucha más facilidad y fidelidad.

El árbol del paraíso me recuerda a mi abuela. Hace unos meses que murió. A ella le encantaban. Y esta noche la he recordado.

Buenas noches abuela. Siento no haber estado más cercano a ti.

RM.

Comentarios

Entradas populares